El sueco Hansjörg Wyss desea invertir mil millones de dólares para crear un área protegida del 30% de nuestro planeta. El año 2030 -la fecha que ha impuesto la ONU para que revirtamos el cambio climático– es el que el empresario ha puesto como meta para el logro de su campaña, Wyss Campaign for Nature.

Hasta el día de hoy no se sabe demasiado sobre este proyecto, solo que el dinero será donado a lo largo de 10 años a través de la fundación Wyss.

Los multimillonarios de nuestro planeta -tanto inversionistas financieros, CEOs o magnates de la industria turística- tienen una deuda con la naturaleza. Después de todo, de una u otra forma, se han valido de los recursos naturales para acumular su riqueza.

Las pruebas son contundentes: los empresarios están invirtiendo el mismo dinero que ganaron a costa de la naturaleza. Según una investigación de Oxfam publicada por The Guardian, el 10% más rico del mundo produce la mitad de las emisiones globales de carbono. Una contundente paradoja.

Claro que los consumidores también somos parte de ese círculo vicioso. Sin duda, tampoco estamos libres de la contradicción que implica querer salvar al planeta mientras seguimos siendo parte del problema.

Es probable que las intenciones de Wyss sean genuinas, ya que este multimillonario también es conocido por sus acciones filantrópicas. Además ha escrito inspiradoras columnas en The Guardian sobre la necesidad de que la mayoría se involucre en salvar las áreas protegidas naturales.

Por el momento, esperamos que el empresario suizo logre su cometido si el verdadero objetivo está en que logremos parar este tren descarrilado de emisiones de carbono.

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Fuente:

Ecoosfera