Es probable que en las clases de reproducción sexual que tuviste en la escuela te hayan contado que los espermatozoides suelen emprender una carrera en dirección a al óvulo hasta que uno de ellos, el más rápido y fuerte, es el “ganador” y lo fecunda. ¿Te suena familiar?

Se han realizado muchos estudios en relación al proceso de fecundación, y en los últimos tiempos se ha demostrado que aquello que nos han enseñado por años es totalmente falso.

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Mitos sobre los espermatozoides

En 1677, Antoine Van Leeuwenhoek, descubrió por primera vez los espermatozoides gracias a un microscopio. Sin embargo, sus funciones no quedaron claras sino hasta 1760, cuando Lazzaro Spallanzani realizó experimentos con ranas, en los que el esperma era necesario para fecundar los óvulos. Pero esto tan sólo se confirmó décadas después, en 1876.

Según los datos que se obtuvieron en las investigaciones, los espermas se reducen dramáticamente en número antes de llegar al óvulo. En promedio, la eyaculación comprende de 250 millones de espermatozoides, de los cuales sólo unos cientos llegan hasta al óvulo.

La acidez de la vagina hace que muchos espermatozoides mueran antes de pasar el cérvix. Muchos otros quedan atrapados en la mucosa vaginal o los canales laterales. Allí pueden almacenarse hasta por siete días, dato que también derriba otros mitos acerca de la duración de los espermatozoides. No duran dos días como popularmente se creía, sino que el esperma puede sobrevivir intacto hasta 10 días.

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Otro mito sobre el esperma es que viaja solo y con su propia fuerza por el canal uterino y las trompas de falopio. El esperma suele ser transportado de forma pasiva, es decir, los espermatozoides no hacen el trabajo por sí solos.

En las explicaciones que nos dan en la escuela también se suele pasar por alto que si muchos espermatozoides logran llegar al óvulo, existe un mayor riesgo de polispermia, es decir que más de un esperma fecunde el óvulo y se fusione, lo cual puede generar poliploidía. Esto es la malformación de las células y la muerte del embrión.

Si tenemos en cuenta el tiempo de vida de los espermatozoides, la reserva de éstos en el interior del útero sería contraproducente para aquellas personas que no utilizan anticonceptivos como condones, pastillas anticonceptivas o espermicidas, y que dependen de que el esperma muera a los dos días.

Otro aspecto que a menudo es desestimado es la calidad del espermatozoide. Esta suele disminuir conforme los hombres envejecen, junto con la cantidad.

¿Tú también tenías creías estos mitos sobre los espermatozoides? ¡Cuéntanos!

Fuente:

Cultura Colectiva